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My Story - Student #34
Spanish version
Mi viaje empieza un día miércoles de clima templado. Aproximadamente a las 9 de la mañana, cuando llegó mi hora de partir de mi hogar junto con mis hermanos y mi progenitora. Aquel día abandonamos nuestro cálido hogar lleno de buenos momentos y maravillosos recuerdos. Estos recuerdos se quedaron en aquel lugar junto con sus más preciadas cosas. Pero lo más importante que dejamos en aquel día fueron nuestros apreciados parientes. Ellos al igual que nosotros sentimos una profunda tristeza por decirnos adiós, pero con la esperanza de reencontrarnos ya convertidos en unas mejores personas para el mundo. Ese día, a las 10 de la mañana llegó la hora de la partida y toda mi familia me deseó lo mejor y me dijo adiós. Pero me faltaba una persona muy importante de la cual no me había despedido. Era mi estimada abuela. Ella, con lágrimas en los ojos, me dijo: “Cuídate, hijo”. Esas dos palabras significaron mucho para mí. Esto significó mucho porque mi abuela me crió cuando yo era un niño, porque mi madre tenía que trabajar para darme un mejor futuro. Por lo tanto, ella me consideraba su hijo y yo a ella, mi madre. Y desde ese momento en mi alma se marcó una gran herida que no será sanada hasta el día en que la pueda volver a ver. Entonces empezó nuestro viaje al cual mi madre llamaba “El viaje de esperanza”. Se llamaba así porque ella decía que esta es una oportunidad para que yo y mis hermanos tengamos un futuro mejor. Por lo tanto, una esperanza de cambiar nuestro futuro para mejor. Al pasar de los días íbamos pasando por diferentes países como Colombia, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras y México, por los cuales experimentamos ciertas dificultades pero las superamos. Hicimos nuevos amigos mientras viajábamos hacia este lugar y siempre con la esperanza de llegar con salud para ver a nuestros familiares que no habíamos visto desde hace 15 años. Cuando llegó la hora de cruzar de México hacia los Estados Unidos, la emoción era tal que olvidamos el gran frío que hacía aquel día. Pero cuando mi familia y yo pusimos un pie en este país, fue tal la alegría de haber cumplido nuestro objetivo que cada integrante de mi familia empezó a llorar debido al largo viaje de un mes que concluyó aquel día. Al cabo de 2 días salimos del lugar conocido como congeladores después de haber aprobado nuestro ingreso al país como refugiados. Volvimos a reunirnos con nuestros familiares que viven aquí. Hasta el día de hoy, yo pienso que tomé una gran decisión porque al hacer ese viaje pude madurar como persona y vivir muchas experiencias de las cuales no hubiese podido aprender si no me hubiese retado a mí mismo con esta travesía por un futuro mejor.
Consejos:
- Nunca te rindas ante las dificultades de la vida.
- Siempre mantén la frente en alto ante cualquier persona.
- Haz lo necesario para obtener lo que deseas.
- Aprende y reconoce tus errores cuando te equivoques.
- Sigue tus sueños y nunca mires atrás.
English version
My trip begins on a Wednesday with mild weather. At approximately 9 in the morning, it was time for me to leave my home with my brothers and my mother. That day, we left our warm home full of good times and wonderful memories. These memories remained in that place, along with most precious things. But the most important thing we left behind on that day were our beloved relatives. They, like us, felt a deep sadness at saying goodbye, but with the hope of meeting again but as better people for the world. That day, at 10 in the morning, it was time to leave, and my entire family wished me the best and said goodbye. But I was missing a very important person, to whom I had not said goodbye. It was my dear grandmother. She, with tears in her eyes, told me, “Take care of yourself, son.” Those words meant a lot to me. This meant a lot because my grandmother raised me when I was a child because my mother had to work to give me a better future. Therefore, she considered me her son and her as my mother. And from that moment on, a great wound was left on my soul that will not be healed until the day I can see her again. Then began our journey, which my mother called “The Journey of Hope.” It was called that because she said that this was an opportunity for me and my brothers to have a better future. Therefore, we hope to change our future for the better. As the days went by, we passed through different countries such as Colombia, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, and Mexico, through which we experienced certain difficulties but overcame them. We made new friends while traveling to this place and always hoped to arrive safely to see our relatives, whom we had not seen for 15 years. When it was time to cross from Mexico to the United States, the excitement was such that we forgot how cold it was that day. But when my family and I set foot in this country, the joy of having fulfilled our goal was such that each member of my family began to cry because of the month-long trip that ended that day. After 2 days, we left the place known as “The Icebox” after having approved our entry into the country as refugees. We met again with our relatives, who live here. To this day, I think that I made a great decision because, by taking that trip, I was able to mature as a person and have many experiences that I would not have been able to learn from if I had not challenged myself with this journey for a better future.
Tips:
- Never give up with life's difficulties.
- Always hold your head high in front of anyone.
- Do what it takes to get what you want.
- Learn and acknowledge your mistakes when you are wrong.
- Follow your dreams and never look back.