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My Story: Student #31
Recuerdo que iba en el carro con mi mamá. Ella manejaba, y yo iba en el asiento de al lado. En un momento, ella me dijo que tenía que decirme algo, a lo cual me dijo que había tomado la decisión de venir a los Estados Unidos. Sinceramente estaba muy sorprendida y asustada al mismo tiempo, pero estaba feliz de venir aquí, ¡por supuesto! Fue un cambio muy grande en mi vida, pero aun así me sentí muy feliz por poder estar con mi madre juntas como siempre lo hemos estado. También me dolió un poco dejar a mi familia y a mi mejor amiga. Con mis otros compañeros de clase/amigos yo no era tan cercano y no me preocupaba mucho por ellos. Mi mejor amiga siempre ha sido muy reservada. A medida que pasaban los días, mi madre estaba tratando de obtener mi permiso para salir de mi padre, que él no me quería dar. Hubo muchas peleas con él en ese momento. Finalmente, un día le dio permiso a mi mamá. De ahí, mi mamá comenzó a hacer los trámites y también a sacar los papeles para mis perros ya que no sabía dónde dejarlos y también porque no era tan malo alejarse de ellos. En los últimos días, antes de venir aquí, decidí despedirme de mi mejor amigo. Salimos y disfrutamos ese día y espero que no sea el último y si puedo volver a verla.
Tres días antes de irme mi mamá hizo una fiesta de despedida, donde también festeje mi quinceavo cumpleaños, fue muy triste la despedida, saber que ya no voy a compartir con mi familia por un largo tiempo. Al dia siguiente estabamos arreglando todas las cosas para estar preparadas para la noche irnos en bus a Guayaquil, antes de subirnos al bus toda mi familia nos estaba despidiendo y claro falta recalcar que todos estaban tristes por nuestra partida. En el camino a Guayaquil, fuimos
llorando mucho con mi madre. Nos hospedamos en un hotel para al día siguiente dirigirnos al aeropuerto.
Cuando ya me encontraba en el avión, iba viendo todo mi país y recordando tanto– los bonitos y malos recuerdos. Con mi madre, recuerdo que dijimos que desde ahora íbamos a comenzar una nueva vida y que íbamos a salir adelante, como siempre lo hemos hecho.
I remember I was in the car with my mom. She was driving, and I was in the next seat. At one point, she told me that she had to tell me something, to which she said that she had made the decision to come to the United States. I was honestly very surprised and scared at the same time, but I was happy to come here of course! It was a very big change in my life, but even so I felt very happy to be able to be with my mother— together as we always have been. It also hurt a little to leave my family and my best friend. With my other classmates/friends I wasn't that close and didn't care much for them. My best friend has always been very reserved.
As the days went by, my mother was trying to get my permission to leave the country from my father, which he did not want to give me. There were many fights with him at that time. Finally, one day he gave my mom permission. From there, my mom began to do the paperwork and also to get the papers for my dogs since she did not know where to leave them. In the last few days before coming here, I decided to say goodbye to my best friend. We went out and enjoyed that day and I hope it's not the last and that I can see her again.
Three days before I left, my mother threw a farewell party, where I also celebrated my fifteenth birthday. The farewell was very sad, knowing that I would no longer be sharing those moments with my family for a long time. The next day, we were arranging everything to be ready for the night to go by bus to Guayaquil. Before getting on the bus, all my family was saying goodbye to us and of course it is necessary to emphasize that they were all sad for our departure. On the way to Guayaquil, my mom and I cried a lot. We stayed in a hotel for the next day to go to the airport.
When I was on the plane, I was seeing my whole country from the window and remembering so much – the good and bad memories. I remember that my mom and I said that from now on we were going to start a new life and that we were going to get ahead, as we have always done.